Dios es la única fuente de la felicidad verdadera.
Dios hace que nosotros seamos felices, tal como Él lo está. Dios nos da todo lo que necesitamos como Juan escribió: “de su plenitud recibimos todos, y gracia sobre gracia” (Jn.1:16). Entonces podemos estar siempre felices, porque aún y cuando tengamos muy poco de lo que este mundo ofrece, tenemos las bendiciones espirituales de parte de Dios. En Cristo tenemos todas las cosas que necesitamos”.
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